domingo, 8 de abril de 2007

un momento de concentración ...


Hoy en el metro, el nombre de cada estación que se de memoria…

De repente entre en un momento de concentración, vigilando todo lo que sucede en mi entorno, siendo el testigo de todas las cosas, externas e internas. Sintiendo como que todo es un vacío, rodeado por el espacio circundante y dándome cuenta que en esta habitación todo lo que sirve es el vacío, en el cual están todos los objetos, incluido mi cuerpo: espacio. Todo es espacio, entre ustedes y yo, entre la tierra y el sol, en el interior de una botella, el hueco de una olla, el vacío al ingresar por una puerta, entre todos los seres que habitan el mundo existe el espacio.
Sin embargo siento algo profundo que libera mi alma de todas las ataduras mentales que queman mi realidad de ser simplemente un ser humano libre y en paz; siento la impotencia de no poder explicarlo con palabras porque es algo que no se puede decir, que reside más allá de toda palabra.

Simplemente escribo todo lo que siento en este preciso momento. Yo se que soy yo, que estoy aquí sentado, pensando y escribiendo; o mejor dicho, me encuentro actuando, porque si pensara, estaría moviéndome desde la memoria y todo lo que provenga de la memoria, pertenece al mundo de lo conocido, donde tengo el archivo, el lugar en el cual todos nosotros tenemos todos nuestros condicionamientos mentales, donde reside todo lo conocido y entonces me pregunto ¿Cómo puedo indagar lo desconocido desde el conocimiento? Siempre estaría actuando bajo los preceptos de otros pensamientos, que no son míos, que fueron esbozados por otras personas.
Creo en lo que yo creo, y no en todas las historias que me quisieron imponer desde muy pequeño, creo en todo lo que siente mi corazón, creo en todas las cosas que descubro, que veo en mi propia existencia, y sobre todas las cosas, creo que todos tenemos la oportunidad de creer en nosotros mismos, y de descubrir la verdad sin intermediarios de ningún tipo; para que la verdad sea una auténtica verdad tenemos que indagar desde nuestra propia sangre, y no en todo lo que nos puedan llegar a decir todos los demás, incluidas estas mis palabras. No me interesa que nadie crea en todo lo que yo pueda decir, porque es lo que yo creo, y si es mi creencia, entonces no puede ser suya porque así no estaría descubriendo su verdad.

No hay comentarios: